LA ARQUITECTURA SOCIAL CHILENA DE LOS AÑOS 50.
La arquitectura social de los años 50 esta fuertemente
influenciada por corrientes europeas, las cuales por premisa nos
hablan de la vida en comunidad, por medio de la generación de
espacios comunes, además de un ordenamiento y una calidad de
espacios a partir de lo “funcional”.
Tenemos ejemplos
claros de influencias como bloques de departamentos los cuales
comienzan su auge a finales de los años 40, los cuales además de
generar espacios comunes, trabajan bajo la premisa de ser
“prácticos”, preponderando en los años 50 la arquitectura
comunitaria, buscando además dar buena solución a elementos
sísmicos.
Elementos notorios de la Bauhaus, que dejan de lado en
cierto punto el aspecto estético para pasar a la funcionalidad, son
valorados en una arquitectura que aún deja vestigios habitables, y
de buena manera para la población Chilena.
Uno de los puntos
altos de la arquitectura de los años 50, y de lo cual se añora , es
la capacidad de ofrecer espacios públicos tanto dentro como fuera de
sectores residenciales, dando pie a zonas verdes, de lo cual
carecemos en nuestra ciudad actual.
Por su parte, en el
ordenamiento del espacio, cuadras o sectores con mayor amplitud de
terreno, se generaban parques y zonas residenciales las cuales se
complementaban y trabajan como un todo, a diferencia de la
actualidad, en donde tenemos además un crecimiento vertical y con
una densidad excesiva en zonas residenciales.
Es en los años
50 en donde el auge por oficinas y departamentos se hace importante.
La vida comienza a gestarse de manera distinta a años anteriores,
pues la función de una vivienda cambia totalmente. A pesar de
mantener espacios para la vida en comunidad en sectores, las
viviendas son a menor escala, con elementos prácticos los cuales
cumplirán funciones especificas, en desmedro de construcciones
anteriores, en las cuales vemos desigualdad por cuanto en un extremo
existen construcciones de mayor monumentalidad, versus construciones
de poco recurso construcctivo y espacial. Es aquí donde nos damos
cuenta que se busca un equilibrio de buena calidad de vida para los
habitantes del País.
Es entonces en la década de los 50s, en
donde existe un crecimiento acelerado, por un auge de la Arquitectura
moderna la cual llega para quedarse, es accesible, funcional, y de la
cual hasta el día de hoy podemos reconocer características de las
cuales nuestra actual arquitectura contemporánea carece.